Dicen que cada década tiene su magia, tanto en lo social como en lo cultural y científico. Así, el encanto de los cincuentas estuvo en el descubrimiento de cómo funciona el ADN o el lanzamiento al espacio de la perra Laika, abordo del satélite Sputnik II, por los soviéticos. Le siguió la década del sesenta con la revolución hippie, la invención de la píldora anticonceptiva y el primer transplante de corazón. Sin embargo, la década de transición entre el mundo conservador y el liberal fue la del setenta, época en que la sociedad se volvió más atrevida y la era digital empezó a hacer sus pininos y a sentar las bases de lo que vendría años más tarde.
Internet no está libre de abordar este tipo de información, con la cual nos podemos ilustrar acerca de los acontecimientos más resaltantes de la era de la música disco, el ocaso del rock progresivo y el glam rock, dando paso a nuevas vertientes como el punk y la new wave, además de las expediciones a Marte, el primer bebé probeta, los zapatos de plataforma, la ropa interior de nylon, las casacas satinadas, entre muchas otras demostraciones de una cultura ávida de experimentar nuevas posturas.
A inicios de la segunda mitad de la década surgiría, de la unión del rythm and blues, el soul, el blues propiamente dicho y el funk, un nuevo estilo de música que haría bailar hasta al más aburrido. Se le llamó música disco, es decir, música para discoteca, para el baile.
Algunos la catalogaron como frívola y sin esencia. Sin embargo, tuvo mucho éxito, como lo podemos comprobar por películas que inmortalizaron el nuevo estilo, como Fiebre de sábado por la noche, en la que un desconocido actor llamado John Travolta revolucionó al mundo con sus atrevidos pasos de baile. Lo propio hicieron gente como Linda Blair, que puso de moda los patines a través de la película Roller Boogie, y los populares Village People, que hicieron su propia película y vendieron millones de discos registrando hits ahora clásicos como Y.M.C.A. y In the navy.
Mientras todo esto sucedía, al otro lado del Atlántico, en los suburbios de Londres, se gestaba lo que sería el antes y después de la historia del rock. El punk, como movimiento cultural, social y musical, surgió con posturas muy radicales frente a todo lo establecido, volviendo a las raíces más puras y conservando ese estado primitivo que tenía el rock en sus orígenes. Sin embargo, la consigna del punk era muy distinta: ¡destruir! . Grupos como The Clash, Sex Pistols, The Ramones, The Strangers, Siouxsie & The Banshees y muchos otros sentaron la pauta en cuanto a música para las futuras generaciones.
En relación al cine, ésta fue una de las etapas más creativas del séptimo arte norteamericano, logrando películas de la talla de El Padrino, en sus dos primeras partes, y la consagración de Sylvester Stallone en Rocky, ganadora del Oscar a la mejor película del año 1976. Después vendrían las demás secuelas, aunque sin mayor éxito.
También se produjeron genialidades en el género de la ciencia ficción, como Star Wars, la afamada película de George Lucas, quien fue un innovador en cuanto a efectos especiales. Y por supuesto el clásico Alien, realizado en 1979 con la actuación de Sigourney Weaver.
La década del setenta también se caracterizó por muchos logros a nivel científico, como la creación del primer gen artificial capaz de funcionar en una célula viva. Este gen fue completamente manufacturado, es decir, no se utilizó ningún gen natural como plantilla para crearlo.
Por otro lado, la aviación comercial dio un gran paso al colocar en los cielos en 1977 al Concorde, el primer transporte supersónico del mundo. Esta aeronave, de creación franco-británica, es dos veces más rápida que un avión común y corriente, además de tener capacidad para 100 pasajeros.
Un factor que contribuyó a que los adelantos científicos se hicieran más notorios fue definitivamente el progreso de los procesadores o chips.
A principio de los años setentas, los procesadores ya eran instrumentos de uso común en los institutos científicos, en las empresas de diversas dimensiones y en la administración pública. La velocidad del procesamiento de información aumentó debido a la adopción de circuitos cada vez más microscópicos. Además, las unidades periféricas para la entrada y salida de datos, por medio de las cuales se logra la comunicación entre el hombre y la máquina, se perfeccionaron cada vez más.
Pero el procesador electrónico no sólo se volvió más potente y económico, menos voluminoso y más seguro. Su desarrollo es particularmente notable también en lo que se refiere a la técnica de utilización, como la capacidad para manejar simultáneamente decenas de trabajos diferentes, la posibilidad de dialogar con otros procesadores y con numerosas terminales localizadas a gran distancia, la capacidad de almacenar, encontrar y procesar enormes cantidades de datos. Todas ellas son características consideradas hoy indispensables para los procesadores.
En relación a los hechos sociales, la Iglesia Católica también se hizo presente en el panorama social de esta década. Por un lado, la Madre Teresa de Calcuta, que fundó en 1950 la Orden de las Misioneras de la Caridad, realizó una labor mundial que llevó a que se le otorgase el Premio Nobel de la Paz en 1979.
En 1978 murió el Papa Pablo VI y fue elegido nuevo papa el Cardenal Albino Luciani, de 65 años, quien tomó el nombre de Juan Pablo I. El "Papa de la Sonrisa", sin embargo, falleció a los 33 días de su nombramiento. El 15 de octubre de 1978, luego de un nuevo cónclave, el cardenal polaco Karol Wojtyla fue elegido sucesor de San Pedro, rompiendo con la tradición de más de 400 años de papas de origen italiano. El 22 de Octubre de 1978 fue investido como Sumo Pontífice, asumiendo el nombre de Juan Pablo II.
Sin duda, ésta fue una década memorable.